
Las cámaras de vigilancia cumplen una función muy importante a la hora de obtener pruebas sobre los hechos acontecidos en algún lugar específico. Estas pueden ser instaladas tanto en negocios, como en parkings, en nuestras viviendas, edificios públicos, eventos y en cualquier otro lugar. Ahora bien, exactamente cómo funcionan las cámaras de vigilancia. En este artículo te explicamos cuál es la tecnología con la que son equipados estos dispositivos y las prestaciones que nos ofrecen gracias a ello. ¡Sigue leyendo!
¿Qué es una cámara de vigilancia?
La cámara de vigilancia, como su nombre indica, es un tipo de cámara que tiene la función de vigilar. Este dispositivo, también conocido como cámara de seguridad o cámara de circuito cerrado de televisión (CCTV), nos permite capturar imágenes y grabar vídeos para obtener pruebas y registrar una actividad en un área específica. Es decir, se utilizan para garantizar la seguridad y vigilancia en diferentes lugares. Además, aparte de proporcionarnos pruebas, también cumplen con una importante función disuasoria. Las cámaras de vigilancia pueden ser de muchos tipos diferentes, lo que significa que no debemos pensar únicamente en la cámara alargada tradicional. También podemos encontrar cámaras más pequeñas y redondeadas, como las que se instalan en los vehículos —que también cumplen con la función de vigilar—. Muchos dispositivos conectados a la corriente, por otro lado, ofrecen una vigilancia continuada e ininterrumpida.
Cómo funcionan las cámaras de vigilancia
Las cámaras de vigilancia o cámaras de seguridad nos permiten observar en directo (con acceso remoto) qué es lo que ocurre en el lugar en el cual son instaladas. Estas funcionan con tecnología inalámbrica (las más modernas). Es decir, no emplean cables, lo que nos da la posibilidad de instalarlas en una gran cantidad de lugares. Además, suelen contar con dos características muy identificativas:
- Visión nocturna infrarrojos: La visión nocturna es fundamental para poder ver con claridad lo que ocurre en la zona vigilada por la noche, puesto que es el momento más propenso a que se den actividades sospechosas. La visión nocturna aprovecha la emisión infrarroja para captar imágenes que no podemos ver, por eso la mayoría de las cámaras de vigilancia funcionan sin luz.
- Detector de movimientos: Esta es otra de las prestaciones más comunes. Los sensores o detectores de movimiento activan la grabación del dispositivo de manera automática al detectar actividad en el área vigilada. Esto sirve, por un lado, para ahorrar espacio de almacenamiento y, por otro, para ahorrar batería (en el caso de que no esté conectada a la luz).
Aclarados estos dos puntos, es importante dejar claro también cómo funciona el sistema de grabación y almacenamiento de los datos de las cámaras. Por un lado, en el caso de las cámaras de vigilancia tradicionales, nos encontramos que se unen a un grabador con disco duro de gran capacidad a través del Circuito Cerrado de Televisión (CCTV) —que nos permite alternar desde la central de control entre una cámara y otra, al mismo tiempo que se registra la grabación—. En el caso de las cámaras de vigilancia más modernas, la tendencia es la utilización de una tarjeta SIM. De hecho, en cámaras como las de la marca Unmask puedes encontrar dispositivos capaces de incorporar una SIM de hasta 512 GB. Otra de las opciones es la de la grabación en la nube (mediante suscripciones a los servicios que ofrece cada marca).
Partes de una cámara de vigilancia
Ahora que ya hemos hablado de las cámaras de vigilancia, funcionamiento y prestaciones, vamos a entrar en detalle en cuáles son las principales partes de estos dispositivos. Ten en cuenta que estas pueden variar entre un artículo y otro. Lo más habitual es encontrarnos con:
- Sensores de captación: Es una pieza plana repleta de fotodiodos diminutos y sensibles a la luz que se encargan de convertirla en señales eléctricas.
- Lentes: Pueden ser de muchos tipos. Estas nos permiten determinar la escena y controlar la cantidad de luz que alcanza el sensor. Son los “ojos” de la cámara.
- Visera: Para evitar el contraluz y reducir los puntos muertos por reflejo.
- LED infrarrojos: Se activan de manera automática cuando hay poca iluminación, permitiendo a la cámara grabar en la oscuridad.
- Fuente de alimentación o batería: Dependiendo del modelo, la cámara contará con una fuente de alimentación para conectarse a la luz (además de estabilizar la tensión con seguridad para proteger los componentes internos) o una batería —generalmente suelen tener una gran autonomía, aunque todo depende del artículo en cuestión—.
Cómo conectar una cámara de vigilancia
Como imaginarás, todo depende del tipo de cámara que utilices para la vigilancia. Las cámaras inalámbricas con función wifi, por ejemplo, son una de las más fáciles de instalar y de configurar. Generalmente bastará con descargar una aplicación proporcionada por la propia marca fabricante para establecer la vinculación entre la cámara y el wifi, y posteriormente poder visualizar desde el teléfono lo que ocurre en directo, e incluso tomar fotografías con él. También pueden conectarse a través de la tecnología Sub GHz, que es un tipo de tecnología inalámbrica ideal para redes de sensores de bajo costo, robustas y de bajo consumo —estas ofrecen un alcance mayor que los protocolos Wifi y bluetooth, aunque son menos populares—. Ten en cuenta que al responder a cómo funcionan las cámaras de vigilancia con tarjeta SIM no será necesario conectarse a ninguna instalación CCTV con disco duro para poder grabar, al contrario de lo que ocurre con las cámaras de vigilancia o cámaras de seguridad tradicionales.